jueves, 26 de enero de 2023

Un espacio ...

Hoy me he dado cuenta de que necesito un espacio… … un espacio donde crezca salvaje la selva húmeda que tengo dentro, esa que grita por llenar pecho, vientre y boca de flores de colores exóticos. … un espacio de calma, donde no me angustie no ser suficiente para tus manos, para tus ojos, para tus oídos y tus ojos. Un espacio de abandono en el que el corazón y las tripas hayan entendido lo que mi cabeza ya sabe. … un espacio en el que no te sientas cómodo dándome sólo lo que te sobra, donde a mí me sobre tu limosna y el lema sea no dejar entrar a nadie que no sea capaz de regalarme, porque sí, un instante de gracia, un motivo para sonreír, una canción sincera, un beso. … un espacio donde tú no quepas.

viernes, 13 de enero de 2023

RECIPROCIDAD.

Hay palabras que no hacen justicia a la belleza que contienen. RECIPROCIDAD. Dicen de ella que es una de las palabras más bonitas del castellano, como puede serlo arrebol, serendipia o etéreo, pero sigo pensando que el dibujo que realizarla lengua al dibujarla en el aire no es, ni de lejos, tan bello como lo que contiene. No espero reciprocidad del mundo. La música me da y no puedo devolverle nada más que mi atención. La lluvia me hace feliz sin que ella sepa ni siquiera de mi existencia. Sin embargo… … sí la busco en lo humano. La necesito para sostener los apegos. No exijo de otros lo mismo que doy, solo una corriente de afecto que nos envuelva con la misma intensidad, compensada, equilibrada, ecuánime, aunque no sepamos responder en el mismo idioma de cariño. Para mí, la reciprocidad no habla de cantidades si no de calidades. De entender el momento, de no medir ni calcular, solo dar cuando se necesita. Entiendo la reciprocidad como acudir al rescate sin más arma que dos brazos con los que estrechar… quizá una botella de vino o un plan que no haga olvidar, pero entretenga. La reciprocidad, para mí, habla de la entrega, aunque no se pague con la misma moneda. No de esperar del otro lo que tú harías, lo que hiciste o lo que diste… sólo lo que de esa persona necesitas. La reciprocidad, esa palabra que se enreda entre los dientes, contiene amistades verdaderas y amores sanos, cariños bien entendidos, abrazos y hasta el reflejo del sol sobre el mar de una cala, si se me permite la ñoñería. Que nos salve el cielo, salpicado de arrebol, de todos aquellos que con esta palabra solo saben hacer juegos de ventrílocuos.

jueves, 12 de enero de 2023

Jueves.

Yo formo parte, sin duda, de los objetos, no de la gente de que va al mercado. También yo, al igual que ellos, he estado siempre de más, no he sido nunca necesaria, el triste resultado de un regateo momentáneo y el borrador amarillento del que sería, algún día, la hija. La normal, capaz, digna y blanca. Ni amada, ni deseada, ni desechable, una especie de lámpara en forma de tulipán en casa de unos ciegos. Un frasco de perfume vacío. Un jarrón de cristal con palomas en la mesa de una muerta. Si hubieran existido mercadillos de personas, cualquiera me habría cambiado por un pulverizador o, simplemente, me habrían abandonado debajo de un tenderete y habrían salido corriendo.