Una persona, totalmente desinteresada, una noche normal y corriente
de verano me dijo que él no tenía amigos, que yo no era su amiga ni él
era mi amigo y que yo, aunque creyera que si tampoco los tenía; que no
existía ni los amigos ni la lealtad de amigos. Podías tener colegas de
botellón, colegas con los que contarles más o menos por encima los
problemas, colega con los que convivir en caso de hacer una fiesta, o
incluso en alguna excepción “colegas íntimos” a los que contarle
algunos pensamientos profundos, pero pocos y muy por encima.
Lo
miré a los ojos y recuerdo que sentí mucha pena por él, porque sabía que
no estaba mintiendo, que era sincero, que estaba hablando de corazón.
Yo le dije que estaba equivocado, que tenía amigos, que tenía los
mejores amigos del mundo y empecé a darle explicaciones… ÉL me escuchó
pacientemente y me dijo: “Aún eres pequeña, algún día me entenderás” y
zanjó la conversación con un beso en el pelo…
Hoy, un año después
me resuenan sus palabras en la cabeza, me avisó de que no esperara nada
de nadie, de que la lealtad no existe, de que no le puedes contar un
secreto a nadie porque se acaba enterando todo el mundo, porque todos
los sentimientos rojos prometidos para siempre, no son más que promesas
hechas a la ligera que se las lleva el viento.
Que si, me he dado
cuenta de que tengo colegas para hacer botellón, para celebrar un
cumpleaños, para ir y venir… pero a la hora de la verdad algo falla y lo
peor de todo, es que cuando fallan nadie da la cara ni te dice el
porqué.
Qué razón tenías, que equivocada estaba y cuanto me has enseñado en tan poco tiempo.
No muevas montañas por personas que ni siquiera moverían una piedra por ti.
miércoles, 27 de junio de 2012
martes, 26 de junio de 2012
459MJ
Lo siento, no puedo seguir contigo porque no puedo dejar de
amarLE… Lo he intentado por todos los medios, te juro que me he obligado a
dejar de pensar en ÉL y devolverte un poco de todo del amor que me das… pero no
puedo…
Me he dado cuenta de que aun lo amo, amo su sonrisa, su
pelo, la cicatriz de su rodilla, me encanta la marca del piercings que tiene
debajo del labio, la forma en que a veces se moja los labios antes de hablar y
el sonido de su risa… me encanta escuchar “Ama, ama y ensancha el alma” cada
vez que pienso en él y como consigue que me sienta… hace que todo sea posible…
no sé como si mereciese la pena vivir.
¿Qué cómo puedo seguir enamorada de él? Muy fácil, lo mío es
amor de verdad, y el amor de verdad está por encima de toda traición o de todo
desprecio… El amor que siento por él no lo tengo que explicar ni demostrar,
porque rebosa por los poros de mi piel, porque mis ojos lo gritan, porque
incluso mis palabras de rabia y dolor hacia ÉL sería imposible que le hicieran
daño porque están rodeadas de amor… porque el amor de verdad no se busca ni se
planea, sino te encuentra y te atrapa.
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