miércoles, 27 de junio de 2012

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Una persona, totalmente desinteresada, una noche normal y corriente de verano me dijo que él no tenía amigos, que yo no era su amiga ni él era mi amigo y que yo, aunque creyera que si tampoco los tenía; que no existía ni los amigos ni la lealtad de amigos. Podías tener colegas de botellón, colegas con los que contarles más o menos por encima los problemas, colega con los que convivir en caso de hacer una fiesta, o incluso en alguna excepción “colegas íntimos” a los que contarle algunos pensamientos profundos, pero pocos y muy por encima.

Lo miré a los ojos y recuerdo que sentí mucha pena por él, porque sabía que no estaba mintiendo, que era sincero, que estaba hablando de corazón. Yo le dije que estaba equivocado, que tenía amigos, que tenía los mejores amigos del mundo y empecé a darle explicaciones… ÉL me escuchó pacientemente y me dijo: “Aún eres pequeña, algún día me entenderás” y zanjó la conversación con un beso en el pelo…

Hoy, un año después me resuenan sus palabras en la cabeza, me avisó de que no esperara nada de nadie, de que la lealtad no existe, de que no le puedes contar un secreto a nadie porque se acaba enterando todo el mundo, porque todos los sentimientos rojos prometidos para siempre, no son más que promesas hechas a la ligera que se las lleva el viento.

Que si, me he dado cuenta de que tengo colegas para hacer botellón, para celebrar un cumpleaños, para ir y venir… pero a la hora de la verdad algo falla y lo peor de todo, es que cuando fallan nadie da la cara ni te dice el porqué.

Qué razón tenías, que equivocada estaba y cuanto me has enseñado en tan poco tiempo.

martes, 26 de junio de 2012

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   Lo siento, no puedo seguir contigo porque no puedo dejar de amarLE… Lo he intentado por todos los medios, te juro que me he obligado a dejar de pensar en ÉL y devolverte un poco de todo del amor que me das… pero no puedo…

   Me he dado cuenta de que aun lo amo, amo su sonrisa, su pelo, la cicatriz de su rodilla, me encanta la marca del piercings que tiene debajo del labio, la forma en que a veces se moja los labios antes de hablar y el sonido de su risa… me encanta escuchar “Ama, ama y ensancha el alma” cada vez que pienso en él y como consigue que me sienta… hace que todo sea posible… no sé como si mereciese la pena vivir.

   ¿Qué cómo puedo seguir enamorada de él? Muy fácil, lo mío es amor de verdad, y el amor de verdad está por encima de toda traición o de todo desprecio… El amor que siento por él no lo tengo que explicar ni demostrar, porque rebosa por los poros de mi piel, porque mis ojos lo gritan, porque incluso mis palabras de rabia y dolor hacia ÉL sería imposible que le hicieran daño porque están rodeadas de amor… porque el amor de verdad no se busca ni se planea, sino te encuentra y te atrapa.