Pese a las dificultades, con conciencia absoluta de las
complicaciones, sabiendo los riesgos y a pesar del dolor de lo que no resultó
como pensábamos, es importante no dudar que al final el resultado será aquel
que hemos previsto y deseado.
En cualquier camino,
el último paso nunca lo es por casualidad y siempre pensamos, aunque haya sido elegido
al azar, por la sensación de que todo lo anterior podría no servir si fallamos en este último momento.
En las circunstancias
más difíciles y en los momentos en los que nos invade la sensación de haber
perdido el rumbo, es justamente la certeza del resultado final lo que nos dará
la fuerza para hacer y para arriesgar, la motivación para avanzar, desear,
insistir, valorar... y seguir luchando por lo que creemos.