Mi amigo Descartes me trae por la calle de la amargura, pero
es bueno para reflexionar:
Todos necesitamos creer en algo, sentir confianza, saber que
es posible darlo todo por un proyecto, una empresa, un hombre, una mujer.
Entonces nos sentimos fuertes. Hinchamos el pecho y desafiamos al mundo.
Pero si dudamos…
Si dudamos, sentimos miedo. Vacilamos, nos tambaleamos,
tropezamos.
Si dudamos, ya no sabemos nada. Ya no estamos seguros de
nada.
Y de pronto…
De pronto hay cosas que se vuelven urgentes cuando no deberían
serlo.
Pregunta que nunca nos haríamos y nos las hacemos.
Preguntas que, de pronto, agitan los cimientos de nuestra
existencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario